Una placa de pruebas (en inglés: protoboard o
breadboard) es un tablero con orificios que se encuentran conectados
eléctricamente entre sí de manera interna, habitualmente siguiendo patrones de
líneas, en el cual se pueden insertar componentes electrónicos y cables para el
armado y prototipado de circuitos electrónicos y sistemas similares. Está hecho
de dos materiales, un aislante, generalmente un plástico, y un conductor que
conecta los diversos orificios entre sí. Uno de sus usos principales es la
creación y comprobación de prototipos de circuitos electrónicos antes de llegar
a la impresión mecánica del circuito en sistemas de producción comercial.
Una placa de pruebas está compuesta por bloques de
plástico perforados y numerosas láminas delgadas, de una aleación de cobre,
estaño y fósforo, que unen dichas perforaciones, creando una serie de líneas de
conducción paralelas. Las líneas se cortan en la parte central del bloque para
garantizar que dispositivos en circuitos integrados de tipo dual in-line
package (DIP) puedan ser insertados perpendicularmente y sin ser tocados por el
proveedor a las líneas de conductores. En la cara opuesta se coloca un forro
con pegamento, que sirve para sellar y mantener en su lugar las tiras
metálicas.